Nos encontramos con el desafío de crear un aula virtual que vaya más allá de ser un simple espacio de intercambio de información, para convertirse en un verdadero escenario de aprendizaje activo. Este entorno debe permitir a los estudiantes no solo acceder a contenidos, sino también interactuar de manera significativa, experimentar, practicar habilidades y colaborar con sus compañeros de manera constante. Un Aula Virtual, o Entorno Virtual de Enseñanza y Aprendizaje (EVEA), es un espacio cuidadosamente diseñado con la intencionalidad pedagógica de ofrecer experiencias educativas enriquecedoras.
A través de recursos formativos, actividades interactivas y el acompañamiento cercano de sus docentes, los estudiantes pueden desarrollar sus conocimientos y competencias en un contexto flexible y accesible, promoviendo tanto el aprendizaje individual como el trabajo colaborativo. Este tipo de espacio digital busca recrear las dinámicas de aprendizaje del aula física, potenciando al mismo tiempo las posibilidades que brinda la tecnología para generar una enseñanza más personalizada, inclusiva y adaptada a los ritmos y estilos de cada estudiante.
Este espacio de encuentro educativo no es azaroso, sino intencional, regulado, planificado y dirigido por el docente. Es por ello que en un aula virtual se pueden identificar cuatro grandes dimensiones pedagógicas.
Materiales didácticos
En esta modalidad, los materiales son los que mediatizan las relaciones entre docentes y estudiantes, el centro donde se concretan las concepciones y estrategias de enseñanza y aprendizaje, los codificadores de la información en diversos lenguajes (en este caso audiovisuales) y las herramientas que facilitan los recorridos de los estudiantes en nuestros espacios curriculares.
Traemos a colación la idea de mediación pedagógica como un tender puentes entre lo conocido y lo desconocido, entre lo vivido y lo por vivir, entre las experiencias y la teoría, entre los contenidos y los estudiantes, entre los estudiantes y su contexto. Esta mediación es la que permite generar escenarios y materiales que, más allá de las “distancias”, podamos permanecer cerca, personalizar los discursos y las experiencias de aprendizaje, humanizar la tecnología, dinamizar lo estático.
Mediación de contenidos
La mediación pedagógica toma su centro en el diálogo didáctico. Según Lorenzo García Aretio, este diálogo se fundamenta en la comunicación de doble vía entre quienes enseñan y quienes aprenden, establecida mediante materiales educativos pre producidos (diálogo simulado y asíncrono) y mediante interacción en tiempo real o diferido a través de diversos medios (diálogo real, sincrónico o asincrónico)
Al entablar este diálogo y desarrollar un tema, módulo e incluso una unidad curricular entera -ya sea de forma escrita, auditiva, audiovisual, multimedia- es importante que aquello que exponemos tenga un “hilo conductor” y sea comprensible y atractivo para los estudiantes. Este hilo no solo guía a los estudiantes a través del contenido, sino que también les ayuda a construir sentido a medida que avanzan en el aprendizaje. De aquí lo esencial que todo material y entorno que elaboremos cuenta con un inicio, un desarrollo y un final.