1. Introducción

Como se vio anteriormente la Tierra es un planeta dinámico, en él actúan tanto procesos endógenos como exógenos. Dentro de los procesos endógenos, además del magmatismo y el metamorfismo, se incluye la actividad tectónica o tectonismo; y la rama de la geología que se encarga de su estudio es la geología estructural. Las fuerzas tectónicas deforman las rocas de la corteza. Entre las evidencias que demuestran la actuación de fuerzas enormes dentro de la tierra se cuentan los miles de kilómetros de estratos que están doblados, plegados, volcados y a veces muy fracturados.

La comprensión de las estructuras tectónicas no es sólo importante para descifrar la historia de la Tierra, sino que es también básica en la prospección de yacimientos. Por ejemplo, la mayor parte de los yacimientos de petróleo y gas natural está asociada con estructuras geológicas que atrapan esos fluidos.

Ejemplo de trampa estructural.