1. GESTIÓN

Al definir la palabra GESTION, incorporamos conceptos como:

  • administrar, 
  • gobernar, 
  • disponer, 
  • dirigir, 
  • ordenar u 
  • organizar algo para lograr un objetivo.





Todos esos conceptos implican acciones movilizadas y realizadas intencionalmente por el hombre. Es el hombre el ser vivo capaz de generar intervenciones cocientes y responsables que modifiquen, transformen su ambiente interno y externo.

¿Qué hace que el hombre posea esa capacidad diferencial? 

Para poder acercarnos a una respuesta comprensible, es conveniente revisar cuál es la naturaleza del “ser humano”, y qué lo hace ser distinto.

La ciencia no dice que todos los seres humanos compartimos la misma naturaleza. La naturaleza humana es el genoma humano, idéntico en todos nosotros en el 99,9%. Sólo alrededor del 0,1% varía de una persona para otra en función de la combinación de los genomas paternos y hace que seamos hombres o mujeres, calvos o peludos, rápidos o lentos, etc. Esto no es una hipótesis, sino una verdad científica, y puede aplicarse a todos los individuos de nuestra especie que han habitado en este planeta y a todos los que vengan después de nosotros, mientras los cromosomas de sus células contengan la misma información genética que contienen los nuestros.

Podría decirse entonces, que el ser humano es todo aquel individuo que ha nacido de padres humanos. Todos nosotros hemos sido engendrados por una pareja de humanos, macho y hembra, y por esa razón somos humanos, al margen de que seamos altos o bajos, más o menos sociables, inteligentes, bondadosos o malvados. Este criterio nos permite distinguir a los seres humanos de otros animales que no lo son (desde las hormigas a los gorilas), y nos diferencia de los robots y otras máquinas "inteligentes", así como de posibles criaturas extraterrestres, de los ángeles, los dioses, o cualesquiera otros seres que pudiera haber y que presentaran características humanas sin serlo.

Así pues, el concepto de ser humano es un concepto biológico: somos humanos por una simple razón genética. Hemos nacido humanos y eso nos constituye. Sin embargo, el criterio biológico resulta insuficiente para muchos pensadores, que ven en el ser humano algo que trasciende la naturaleza, que va más allá del mundo natural. A diferencia del resto de seres naturales, el ser humano puede tener conciencia de sí mismo, capacidad de pensar y actuar con libertad, sentido del bien y del mal. Estas características que evidencian un ser viviente complejo en sus manifestaciones, van a conformar la llegada al concepto de “persona”.

A diferencia del concepto biológico de ser humano, el concepto de persona es un concepto cultural. Se nace humano y se llega a ser persona. Por el camino, el individuo tendrá que adquirir las habilidades y comportamientos propios de la persona, que fundamentalmente son: la conciencia de sí mismo, la racionalidad y el sentido del bien y del mal. La persona es, pues, un individuo humano, pero considerado como sujeto autoconsciente, racional y moral, a la vez que único e irrepetible (diferente de todos los demás) y uno (a través de toda sus modificaciones).

Cada uno de nosotros es una persona en construcción, ya que la condición de persona no se hereda, sino que se realiza a través de la acción y el contacto con los demás. Somos personas, porque los otros nos reconocen como tales y, a la vez, nosotros les reconocemos a ellos, a medida que vamos adoptando los comportamientos característicos de la persona. Desde este punto de vista, la persona sería un producto social, resultado de la vida en común con los otros humanos, de la convivencia y el aprendizaje.

 

“Una persona es un proceso en transformación, no una entidad fija y estática; un río que fluye, no un bloque de materia sólida. Una constelación de potencialidades en permanente cambio, no un conjunto definido de rasgos o características.”