Hola Martin! leyendo tu aporte, coincido en que la elección del recurso evaluativo depende mucho del contexto y del volumen de estudiantes. En materias de primer año con tanta masividad, algunas herramientas que son muy valiosas en teoría se vuelven difíciles de sostener en la práctica.
Las rúbricas, por ejemplo, ofrecen una evaluación más criterial y profunda, pero su aplicación individual con más de 500 estudiantes es prácticamente inviable. En nuestro caso, la carga de revisión sería imposible de gestionar con el equipo docente disponible. Por eso, los cuestionarios siguen siendo la opción más operativa y sostenible para garantizar objetividad y retroalimentación en tiempos razonables.
De todos modos, coincido en que las rúbricas podrían funcionar si se aplican solamente en trabajos grupales, donde la cantidad de entregas baja considerablemente y se vuelven manejables sin perder calidad.
Gracias!!
Eugenia
Las rúbricas, por ejemplo, ofrecen una evaluación más criterial y profunda, pero su aplicación individual con más de 500 estudiantes es prácticamente inviable. En nuestro caso, la carga de revisión sería imposible de gestionar con el equipo docente disponible. Por eso, los cuestionarios siguen siendo la opción más operativa y sostenible para garantizar objetividad y retroalimentación en tiempos razonables.
De todos modos, coincido en que las rúbricas podrían funcionar si se aplican solamente en trabajos grupales, donde la cantidad de entregas baja considerablemente y se vuelven manejables sin perder calidad.
Gracias!!
Eugenia