Mi investigación se centra en el estudio de la utilización de biopolímeros como uso potencial para el mejoramiento de las propiedades mecánicas en suelos. Los biopolímeros pueden actuar como agentes aglutinantes para mejorar la estructura del suelo, estudios recientes han demostrado cómo los biopolímeros pueden utilizarse para fortalecer el suelo, controlar la permeabilidad del suelo, reducir la erosión e incluso tratar el agua contaminada. Además, pueden aumentar su capacidad de retención de agua y nutrientes, lo que beneficia el crecimiento de las plantas y la productividad agrícola. Dentro del tema de investigación los posibles beneficios dentro de la economía circular estarían relacionados a que son materiales biodegradables, proporcionarían la oportunidad de utilizar materiales sostenibles con bajo impacto en el medio ambiente y en las aguas subterráneas Una posible ventaja en su uso potencial en el suelo como agente químico podría tener una vida útil en función del tiempo y luego con el pasar del tiempo degradarse sin dejar efectos permanentes en la subsuperficie. En contraposición del cemento que es un material que queda en la matriz del suelo por muchos años, pudiendo incluso alterar el pH del mismo.
Otro punto es el hecho de que es un material que posee varios orígenes (microbiano, plantas, animal), se utiliza ampliamente en varias industrias y su uso y, en comparación con otros materiales (cemento, plásticos), su producción genera una tasa menor de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Los biopolímeros también pueden contribuir a la economía circular al ser utilizados como alternativas a los plásticos convencionales derivados del petróleo. Al ser biodegradables y provenir de fuentes renovables como almidón de maíz, celulosa, o incluso residuos orgánicos, los biopolímeros pueden ayudar a reducir la dependencia de los plásticos convencionales y disminuir la acumulación de residuos.
Para dar un ejemplo de uso y producción a nivel nacional, el quitosano es un biopolímero que se extrae a partir de los exoesqueletos de crustáceos. Es biodegradable, no tóxico y tiene numerosas aplicaciones en áreas como la medicina, la biotecnología y en el tratamiento de aguas con alta concentración de arsénico o contaminadas con petróleo. Este biopolímero actualmente no se produce en la Argentina y se importa a altísimo costo. En el país existe un grupo interdisciplinario dirigido por la Dra. Zaritzky en el cual buscan reducir el impacto ambiental producido por la industria pesquera, buscando promover un uso más eficiente de los recursos materiales y energéticos. De esta manera, se busca es aprovechar lo que la industria pesquera deja como residuo y en lugar de desechar los exoesqueletos de crustáceos lo que se está intentando realizar es usarlos como materia prima para obtener el quitosano. El exoesqueleto es rico en material calcáreo y quitina, uno de los polímeros naturales más abundantes y por lo tanto un importante recurso renovable. Este producto luego puede utilizarse en varias industrias debido a las propiedades químicas del material que permiten su aplicación en varios procesos.
De esta forma al darle valor agregado al procesamiento de los desechos pesqueros, generaría puestos de trabajo, sustituiría importaciones y hasta posibilitaría que ingresen divisas al país al ser un producto con potencial exportador.
Por lo tanto, el uso de biopolímeros en el suelo y en la economía circular puede estimular el desarrollo de una bioeconomía más sostenible. Esto implica la creación de nuevos mercados y oportunidades comerciales para los biopolímeros, así como la promoción de la innovación en la producción y aplicación de estos materiales.
Uno de los limitantes está relacionado a que es un material con uso potencial nuevo (adición en suelos) el cual compite con la industria del cemento que ya está muy estudiada y se conocen muy bien sus beneficios y formas de trabajo. Sobre todo, uno de los principales limitantes está relacionado al costo los biopolímeros. Estos suelen ser más costosos de producir en comparación con otros materiales y en su mayoría son exportados desde otros países. Esto puede dificultar su adopción generalizada, especialmente en industrias donde los márgenes de beneficio son ajustados. Sin embargo, se han realizado análisis y se espera que si su uso aumenta con los años el costo de producción se vea reducido.
Además, todavía quedan muchos estudios por hacer para poder aplicarlo al área geotécnica. Sobre todo, relacionado a su aplicación en campo y relacionado a cómo es la biodegradación y si repercute de manera positiva o negativa para el uso principal de aplicación. Es por ello por lo que es importante a nivel nacional impulsar políticas que fomenten la investigación y posible uso de materiales alternativos a los tradicionales en busca de impulsar a mejorar la interacción con el medio ambiente.