El artículo revisa los antecedentes históricos y filosóficos de la clasificación del conocimiento, diferenciando entre ciencias, tecnologías, humanidades, artes y servicios. Destaca que una misma profesión puede integrar múltiples disciplinas y enfatiza la importancia de la tecnociencia, que combina ciencia y tecnología. Se argumenta que los sistemas de clasificación actuales pueden ser anacrónicos o redundantes, dificultando la interdisciplinariedad.
Se examinan diferentes criterios de clasificación de las ciencias, incluyendo enfoques históricos, metodológicos y pragmáticos. Se analiza la diferencia entre ciencias duras y blandas, exactas e inexactas, formales y factuales, así como entre ciencia básica y aplicada. Además, se revisa la relación entre ciencia y tecnología, subrayando que, aunque interconectadas, son entidades distintas con diferentes objetivos y metodologías.