La distribución de la información en un texto es un aspecto fundamental en la escritura. En líneas generales, el escritor realiza un cálculo de la información que el lector previsto tiene acerca del tema y según tal cálculo explicita la información en su texto. Pero tal información debe presentar un orden lógico: de lo conocido por el lector (lo dado) a lo desconocido (lo nuevo). Se trata de un movimiento en el cual primero se presenta la información conocida y luego se agrega lo que es nuevo para el lector. Así, el texto va construyéndose progresivamente. El modo como se hace progresar la información depende de la manera como se organizan los contenidos del texto y del tema que se está tratando.

Se entiende por coherencia la propiedad fundamental inherente al texto que hace que pueda ser percibido como una unidad comunicativa y no como una sucesión de enunciados inconexos o contradictorios. Gracias a la coherencia, las partes del texto aparecen relacionadas entre sí en función de la totalidad, y el conjunto se percibe como adecuado al contexto en el que se produce la comunicación. 

Las condiciones necesarias para que un texto sea coherente son:

  • Relevancia: propiedad por la cual el texto relaciona de forma correcta los datos nuevos con los conocidos por el lector y proporciona nuevo conocimiento de forma progresiva.
  • Cálculo de la información conocida por el lector: el texto no debe dar menos información de la necesaria para que el lector pueda realizar inferencias que le sean útiles.
  • Tema central: cada parte del texto tendrá sentido en relación con la estructura básica de significado.
  • Argumentación lógica: el texto debe poseer una organización lógica.

Cada texto posee una estructura global (denominada superestructura) que lo guía. Estás son convencionales, abstractas, independientes del lenguaje y de naturaleza esquemática (es decir que actúan como patrones de organización).

Estas se pueden dividir en superestructuras gráficas (referidas a las formas convencionales en que se distribuyen y ordenan los elementos del paratexto) o superestructuras semánticas (dentro de las cuales encontramos cuatro a nivel global: la argumentativa, la expositiva, la instructiva y la narrativa).


La coherencia también se establece a nivel local a través de las categorías procedimentales. Estas categorías son las que organizan las ideas de párrafos y apartados que, si bien deben estar relacionados entre sí de forma lógica, deben tener unidad de sentido por sí mismos. Esto quiere decir que cada párrafo y/o apartado debe tener una función específica dentro del texto.

Last modified: Thursday, 31 March 2022, 10:53 AM