En los últimos años la lengua española ha ido incorporando distintas palabras provenientes de otras lenguas (extranjerismos), principalmente del inglés (anglicismos). No obstante, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) aconseja no emplear extranjerismos si existen equivalentes en español. Ante dudas sobre qué palabras han sido incorporadas a la lengua española y qué recomienda la RAE, es necesario consultar el diccionario de la RAE y el “Diccionario Panhispánico de Dudas” (DPD), que ofrece respuestas a varios casos problemáticos.  Los mismos pueden consultarse gratuitamente en www.rae.es.

El DPD clasifica los extranjerismos como superfluos o innecesarios, o bien como necesarios o de uso extendido.

1. Extranjerismos superfluos o innecesarios

Son aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad. En el diccionario se detallan esas alternativas y se censura el empleo de la voz extranjera. Ejemplos: abstract (en español, resumen, extracto), back-up (en español, copia de seguridad), consulting(en español, consultora o consultoría).

2. Extranjerismos necesarios o muy extendidos 

Son aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido. Se aplican dos criterios, según los casos:

    2.1. Mantenimiento de la grafía y pronunciación originarias

Se trata de extranjerismos asentados en el uso internacional en su forma original, como ballet, blues, jazz o software. En este caso se advierte de su condición de extranjerismos crudos y de la obligación de escribirlos con resalte tipográfico (cursiva o comillas) para señalar su carácter ajeno a la ortografía del español, hecho que explica que su pronunciación no se corresponda con su forma escrita. No obstante, en algunas ocasiones se sugieren adaptaciones o posibles equivalencias.

    2.2. Adaptación de la pronunciación o de la grafía originaria

La mayor parte de las veces se proponen adaptaciones cuyo objetivo prioritario es preservar el alto grado de cohesión entre forma gráfica y pronunciación característico de la lengua española. La adaptación de estas voces se ha hecho por dos vías: 

  • Mantenimiento de la grafía original, pero con pronunciación a la española y acentuación gráfica según las reglas del español. Así, para el galicismo quiche (pronunciado en francés [kísh]) se propone el uso en español de esa misma grafía, pero con la pronunciación [kíche], de la misma forma que para el anglicismo airbag (pronunciado en inglés [érbag]) se propone la pronunciación [airbág], o para master, la grafía con tilde máster. Estas formas adaptadas a través de la pronunciación y, en su caso, de la tilde se consideran ya incorporadas al léxico del español y, por tanto, aparecen en el diccionario escritas en letra redonda, y no en cursiva, como corresponde a los extranjerismos crudos. Esta misma razón explica que voces de origen extranjero como set o box, que no plantean problemas de adecuación al español, se registren en el diccionario con letra redonda.
  •  Mantenimiento de la pronunciación original, pero adaptando la forma extranjera al sistema gráfico del español. Así, para el anglicismo paddle se propone la adaptación pádel, y para el galicismo choucroute, la grafía adaptada chucrut.

Tildación

Si se trata de voces ya incorporadas a nuestra lengua o adaptadas completamente a su pronunciación o escritura llevarán tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación del español. (Ejemplos: París, Milán, suflé, búnker, gángster, sándwich). Las palabras de otros idiomas que conservan su grafía original se escriben entre comillas o en cursiva y no se utilizará ningún acento que no exista en el idioma al cual pertenece. (Ejemplo: Cézzane).


Acentuación de palabras y expresiones latinas

Se acentuarán gráficamente de acuerdo con las reglas generales del español. (Ejemplos: cuórum, currículum, réquiem, ídem). Excepcionalmente, cuando forman parte de un nombre científico no llevan tilde. (Ejemplo: Laurus nobilis) .

Última modificación: martes, 3 de septiembre de 2019, 12:14