Considero que el cambio climático nos afecta a todos, en mayor o menor medida, según el lugar en el que nos encontremos. Asimismo, todos contribuimos al mismo mediante la emisión de GEI, ya sea de forma directa o indirecta a través de las actividades que realizamos. Sin embargo, la mayor parte de la responsabilidad recae en aquellos países y empresas que concentran la mayor proporción de emisiones, incluso las emisiones de varias empresas es superior a la de muchos países en su conjunto.
En este sentido, resulta indispensable que estas empresas adopten medidas reales de mitigación, dado que muchas de las estrategias actuales responden a prácticas de greenwashing, lo que les permite continuar operando mientras se autodefinen como sostenibles.
Es importante diferenciar entre las estrategias “Carbono Neutral”, en las cuales las organizaciones compensan sus emisiones sin implementar medidas de mitigación para reducir su impacto, y las “Net Zero”, que priorizan la reducción efectiva de la huella de carbono hasta un límite técnicamente viable, y luego la compensación únicamente para las emisiones residuales.
Hoy en día, muchas empresas de gran poder económico y sumamente contaminantes se presentan como “sostenibles” mediante la compra masiva de bonos de carbono, lo que en muchos casos les permite mantener sus operaciones sin realizar cambios estructurales significativos.
Desde la empresa en la que trabajo, nos encontramos en proceso de implementación de un Sistema de Gestión Integrado, que además de fortalecer nuestra imagen corporativa, nos permite establecer objetivos y planes de acción concretos orientados a contribuir al desarrollo sostenible de nuestras operaciones. Se contemplan medidas de mitigación, adaptación y compensación de las emisiones generadas, alineándonos con un enfoque de mejora continua.
