El cambio climático ya es reconocido como una de las principales amenazas que enfrentamos, y es un fenómeno establecido que yo considero ajeno a la discriminación o diferenciación; nadie es inmune a sus efectos sobre los sistemas naturales y humanos de nuestro planeta.
La pregunta disparadora que se plantea es ¿Creé que todos los países y sectores sociales tienen la misma responsabilidad frente al cambio climático? El Acuerdo de París menciona el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. El resultado de las responsabilidades comunes es que todos los Estados, de los países desarrollados como de los países en desarrollo, deben participar en la formación e implementación de las medidas para hacer frente al cambio climático. Sin embargo, en la aplicación es donde surgen las diferencias. No podemos negar que existen grandes disparidades entre los países en términos de responsabilidad como causantes del cambio climático, así como en la capacidad de combatirlo de manera efectiva. Son estas potencias las que, en gran medida, tienen la responsabilidad de reducir los gases de efecto invernadero que emiten y que vienen emitiendo desde la Revolución Industrial. Esto está claro.
Pero quiero rescatar la importancia de que el objetivo es el de la integralidad de la tierra y el consecuente reconocimiento de la responsabilidad global en su cuidado, y esto es cuestión de interés de toda la humanidad y no un tema de jurisdicción particular de cada país. Hay actores que podrán en mayor medida colaborar a combatir el cambio climático, pero como menciona Sergio Federovisky, y que compone una de las cuatro leyes de la ecología de Barry Commoner, todo estimulo tiene un efecto correspondiente, positivo o negativo. En menor o mayor escala, las decisiones que como pequeños consumidores o como grandes industrias tomamos, generan un impacto, y es responsabilidad compartida si los resultados de las decisiones tomadas apuntan a mitigar los efectos del cambio climático o no.
Por mi parte, considero que el trabajo que realizo en la Dirección de Biocombustibles de la Provincia de Córdoba, es uno de mis grandes aportes. Estamos trabajando, con el objetivo de a través del uso de biocombustibles disminuir para el 2030 1.92 millones de toneladas de CO₂ equivalentes (correspondiente al 34% del objetivo total de reducción de 9.8 toneladas de CO2 equivalente), y aunque ambicioso nos impulsa a tomar acción todos los días.