Hola Melisa, como estás?
Comienzo por agradecerte por tu aporte profesional y tu mirada autocrítica de la situación que juega y ocupa cada factor interviniente.
Me tomo el atrevimiento de sumar mi punto de vista al respecto en pos de construir una mirada más constructiva y plural con la problemática planteada:
Sin dudas el el cambio climático requiere una acción global, pero creo que también hay otra escala igual de importante: la personal.
Porque más allá de los acuerdos internacionales o las políticas de los grandes países, el cambio real empieza cuando repensamos nuestro propio estilo de vida.
Si seguimos midiendo el progreso solo por cuánto producimos o consumimos, vamos a seguir repitiendo los mismos errores.
Desde una mirada de Lifestyle Consciente, creo que el desafío está en cambiar la forma en que entendemos el bienestar: consumir menos y mejor, elegir con criterio, cuidar los recursos y apoyar economías locales. En definitiva, vivir con más coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.
Las políticas globales marcan el rumbo, pero las decisiones cotidianas son las que le dan sentido. Cada compra, cada voto, cada hábito cuenta.
Por eso, sí, la acción debe ser global… pero también personal, cultural y emocional.
Porque para poder cambiar la manera en la que vivimos, no alcanza con una estrategia global. -
Quedo atento si gustas que profundicemos en algún tema puntual.
Saludos cordiales.
Fausto
Comienzo por agradecerte por tu aporte profesional y tu mirada autocrítica de la situación que juega y ocupa cada factor interviniente.
Me tomo el atrevimiento de sumar mi punto de vista al respecto en pos de construir una mirada más constructiva y plural con la problemática planteada:
Sin dudas el el cambio climático requiere una acción global, pero creo que también hay otra escala igual de importante: la personal.
Porque más allá de los acuerdos internacionales o las políticas de los grandes países, el cambio real empieza cuando repensamos nuestro propio estilo de vida.
Si seguimos midiendo el progreso solo por cuánto producimos o consumimos, vamos a seguir repitiendo los mismos errores.
Desde una mirada de Lifestyle Consciente, creo que el desafío está en cambiar la forma en que entendemos el bienestar: consumir menos y mejor, elegir con criterio, cuidar los recursos y apoyar economías locales. En definitiva, vivir con más coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.
Las políticas globales marcan el rumbo, pero las decisiones cotidianas son las que le dan sentido. Cada compra, cada voto, cada hábito cuenta.
Por eso, sí, la acción debe ser global… pero también personal, cultural y emocional.
Porque para poder cambiar la manera en la que vivimos, no alcanza con una estrategia global. -
Quedo atento si gustas que profundicemos en algún tema puntual.
Saludos cordiales.
Fausto