El término ambiente, según la Real Academia Española (RAE),
se refiere a un “Conjunto de condiciones
o circunstancias físicas, sociales, económicas, etc., de un lugar, una
colectividad o una época”. De este modo, se puede afirmar que el término
ambiente abarca más que solo ser asociado con el ecosistema, definiéndolo en general erróneamente como “todo lo que nos rodea”. Por esto, se considera al ambiente como la relación entre lo
natural, lo social y cultural, incluyendo así componentes físicos, bióticos,
económicos, culturales, políticos y tecnológicos; junto también con aspectos intangibles, inherentes a las personas, como son las reacciones, sentimientos, ideas,
pensamientos.
Por lo tanto, el ambiente engloba tanto un plano
externo como también intrínseco, interno. Planos relacionados constante,
permanente y dinámicamente, mostrando claro equilibrio entre ambos. Así es que
se puede definir concretamente ambiente como el conjunto de relaciones sistémicas
y dinámicas entre lo intrínseco (interno, lo esencial del ser, intangible) y lo
extrínseco (externo, tangible, lo biofísico) de todos los seres en un lugar y
tiempo determinado.
En mi vida relaciono este concepto con mis propias vivencias, y cómo puedo colaborar, e incluso valorar lo tangible (físico, cultural...) en función también de aquellos con quienes convivo.
