1. LA AUTOESTIMA

La autoestima constituye uno de los pilares de la personalidad. Muchas dificultades de la vida personal y las relaciones interpersonales tienen que ver con una autoestima deficiente. Estar bien implica apreciarse y trascenderse en el nivel apropiado, en función de una mejor calidad de vida. Por lo tanto, la autoestima es esencial para la supervivencia psicológica. Es un sine qua non emocional.

Sin cierta dosis de autoestima, la vida puede resultar enormemente penosa, haciendo imposible la satisfacción de muchas necesidades básicas.

Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los demás animales es la consciencia de sí mismo: la capacidad de establecer una identidad y darle un valor.

En otras palabras, la persona tiene la capacidad de definir quién es y luego decidir si le gusta su identidad o no. El problema de la autoestima está en esta capacidad humana de juicio.

La autoestima constituye entonces, una posición de valor que el individuo se otorga y donde se conjugan su carácter exclusivo y singular como persona y la dignidad a la que tiene derecho por el hecho de existir.

Algunas razones para autovalorarse son:

  • El diseño exclusivo que tiene cada persona.
  • Motivación para realizar un proyecto de vida personal que ponga en ejecución las habilidades, capacidades, aptitudes, talentos y dones.
  • La capacidad de amarse a sí mismo como única posibilidad de dar y expresar amor a los otros (nadie puede dar de lo que no tiene y esto se cumple para al amor)
  • Tener una mejor calidad de vida: Una vida que merezca vivirse por su disfrute y desafíos constantes.
  • Valorar el propósito que tiene la persona a lo largo de su vida (crecimiento y desarrollo)

De modo que la autoestima se entiende como: